Efectivamente creo que hay muchísimo trabajo que no se ve, que no es valorado de cara a la gente. A todo ello tenemos que añadir el hecho de que el maestro tiene que trabajar en grupo en colaboración con sus compañeros y demás miembros de la comunidad educativa, por lo tanto no depende de sí mismo, y creo que este punto supone un esfuerzo mucho más grande de lo que pensamos. ¿Quién sin conocer una persona le puede haber caído mal? O por el simple hecho de que no opine igual que nosotros la dejemos de lado. A esto le tenemos que añadir el continuo cambio de compañeros que sufriremos a lo largo de nuestra vida laboral. Debemos estar abiertos a todo tipo de personas, trabajadoras y no trabajadoras, comprometidas y no comprometidas y debemos ser buenos exploradores para encontrar el lado bueno de las cosas e intentar implicar en las tareas a aquellos que por algún motivo no se sienten llamadas a ellas, si como futuros maestros no nos sentimos interesados por desarrollar todas estas tareas aunque algunas no nos gusten, ¿cómo lo haremos cuando llevemos unos cuantos añitos desempeñándolas? Ánimo esto no ha hecho más que empezar. Si ahora no nos fascina la escuela, lo tenemos crudo pues vamos a seguir nuestra vida en ella.
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